miércoles, 24 de febrero de 2010

¿OBESIDAD JUVENIL?

(foto: servicios.diariosur.es)

¿OBESIDAD JUVENIL?
¿TU HIJO TIENE UNA VIDA SEDENTARIA Y UNA MALA ALIMENTACIÓN?

Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), la obesidad y el sobrepeso han alcanzado caracteres de epidemia a nivel mundial. La preocupación radica en su relación con las principales enfermedades crónicas de nuestro tiempo, como son las cardiovasculares, diabetes, hipertensión, etc.

Si en los adultos la obesidad está asociada también a otras patologías, como las enfermedades respiratorias y la artrosis, es en los niños y adolescentes donde el problema se hace más grave ya que, de no tomar medidas a tiempo sobre sus hábitos, hay una alta probabilidad de que el niño obeso se convierta en un adulto obeso. En la población más joven, las enfermedades asociadas a la obesidad reducen nuestra calidad de vida y la vida en sí. La obesidad por su parte puede llegar a reducir en una persona diez años de su existencia.

Cambios económicos, sociales y demográficos influyen en esta tendencia creciente de la obesidad infantil. Los cambios alimentarios, en los que las dietas tradicionales se reemplazan por otras más calóricas y con menos carbohidratos complejos y fibra, se combinan con un estilo de vida más sedentario y una disminución de la actividad física (debido a las nuevas tecnologías, el ocio pasivo y el mayor acceso a los transportes).
Como puede verse, la alimentación poco saludable y no practicar actividad física con regularidad son las principales causas de las enfermedades crónicas más importantes, y ambas pueden modificarse sensibilizando a la población y fomentando los buenos hábitos desde la infancia.

Salud física y mental.
Tampoco hay que olvidar la repercusión sobre el desarrollo psicológico y la adaptación social de los niños con sobrepeso. Una pobre imagen de sí mismos y expresar sensaciones de inferioridad y rechazo es un patrón que se repite, también la discriminación por parte de los compañeros lo que puede conducir a la depresión y aislamiento.

Moverse más y comer mejor.
Desde las diferentes administraciones se establecen programas para tratar de poner fin a este problema. Las intervenciones desde el ámbito sanitario y escolar deben extenderse al familiar, éstas van dirigidas a una combinación de dos estrategias: aumentar la actividad física de los escolares y modificar sus hábitos dietéticos.
Es fundamental un buen desayuno para prevenir la obesidad (el desayuno debería cubrir al menos un 25 por ciento de las necesidades nutritivas del escolar), hecho que llevó al Ministerio de Sanidad a insistir en el lema “¡Despierta, desayuna, come sano y muévete!” .
Alimentarse de manera sana y hacer ejercicio no supone un esfuerzo excesivo. Adquirir hábitos saludables para toda la vida desde la infancia es un reto fundamental al que estamos llamados todos.

1 comentario:

  1. El aspecto más importante es la fuerza de voluntad que debe nutrir a seguir el programa de la dieta. Si usted no tiene esto, entonces ninguno de los mejores programas de pérdida de peso puede ayudar a los adolescentes pierden su peso.

    Estos consejos pueden necesitar días de duro trabajo pero el resultado vale la pena. Por lo tanto, estos son algunos de los consejos para frenar la obesidad en la adolescencia.
    http://www.obesidadadolescente.com

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