miércoles, 24 de febrero de 2010

REDES SOCIALES, ¿SON UN PELIGRO PARA LOS JÓVENES?

(foto: misausencias.blogspot.com )

REDES SOCIALES, ¿SON UN PELIGRO PARA LOS JÓVENES?, ¿SABEN LOS NIÑOS Y ADOLESCENTES SUS LÍMITES Y SUS CONSECUENCIAS?

Nuestros hijos crecen manejando el ratón, pero esta apuesta por las nuevas tecnologías debe ir acompañada de una educación ética, para concienciarles de la necesidad de un uso responsable y de una advertencia sobre los riesgos a los que exponen su privacidad, intimidad y honor.

Uno de los servicios más utilizados son las redes sociales, como Tuenti, Fotolog, Facebook o MySpace, que permiten a los usuarios generar un perfil con sus datos y compartirlos con otras personas. Por norma general, las redes sociales no permiten su uso a menores de 14 años, pero las medidas que adoptan para limitar el acceso son ineficaces.

Al principio, los contactos están compuestos por personas con quienes se tiene una relación. Sin embargo, las redes sociales tienen pocas restricciones, por lo que acaba fomentándose el libre acceso y la ampliación de contactos. En algunas ocasiones, los perfiles pueden salir de la red social, incluidas fotos, que quedan publicados en Internet sin restricciones.

Las redes sociales favorecen que los niños se sientan “entre amigos” y en confianza, por lo que incorporan información sin reflexionar sobre sus consecuencias y sin tener conciencia de la cantidad de personas que pueden acceder a sus datos.
En ocasiones, los menores son obligados a ceder en exclusiva los derechos de reproducción, distribución y comunicación pública de las fotografías que publiquen o de otros contenidos que suministren a sus amigos a través de la red social.

Responsabilidad de los menores.
Las redes sociales no llevan a cabo el control absoluto de los contenidos. Por ello, los menores son los únicos responsables de la información, imágenes, opiniones o contenidos de cualquier tipo que comuniquen o exhiban a través de la red social.

Privacidad.
Estos límites han desaparecido y tanto Internet como las redes sociales posibilitan, no sólo el almacenamiento de todos los datos, sino también el acceso a ellos en apenas segundos, por distante que sea el lugar donde transcurrieron los hechos.
Los más diversos datos de los menores: infancia, vida académica, hábitos, relaciones personales e, incluso, condición sexual pueden ser obtenidos sin dificultad.

En un futuro no muy lejano, nuestros hijos podrán ser valorados, favorable o desfavorablemente, para cualquier actividad, pública o privada, como puede ser un empleo, según sus datos en internet. En este sentido, ha aumentado la práctica de empresas de consultar y buscar en Internet información sobre las personas que se presentan a un proceso de selección. Además, es muy probable que surjan otros usos no esperados de los perfiles de los usuarios de las redes sociales.

En conclusión, padres y educadores deberíamos reflexionar sobre los nuevos hábitos de nuestros hijos y los riesgos a los que están expuestos para proporcionarles la concienciación y educación necesaria para su uso.
Como padres o educadores, tenemos la responsabilidad de educar a los niños para que aprendan a vivir, relacionarse y desarrollarse en un entorno que va a formar parte de sus vidas, sin obsesionarlos con amenazas invisibles pero haciéndoles ver con quién deben y no relacionarse, qué datos pueden suministrar, qué cosas poner por escrito, los límites de la educación, la protección de la imagen, el entender lo que está bien y lo que está mal, la educación de toda la vida, adaptada a un nuevo entorno.


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